TERAPIA GESTALT
La Terapia Gestalt brinda un enfoque humanista donde entiende al ser humano como un todo y que nos invita a vivir el presente, a conectar con nuestras emociones y a ser más auténticos con nosotros mismos. Se basa en la idea de que cada persona tiene en su interior la capacidad de crecer, sanar y encontrar su propio camino. Es un enfoque exploratorio que ahonda en la subjetividad de la experiencia humana.
¿Cuáles son los fundamentos de la Terapia Gestalt?
Vivir en el presente: aquí y ahora
En Gestalt, el pasado ya pasó y el futuro aún no ha llegado. Lo más importante es lo que ocurre en este preciso instante. Nos ayuda a estar presentes en nuestra vida y a darnos cuenta de lo que sentimos, sin perdernos en pensamientos de «lo que fue» o «lo que podría ser». Nos ayuda a desarrollar una actitud de contacto por la cual reconocemos nuestras desviaciones del presente como signo de algún proceso o evento desestabilizante.
Por ejemplo, reconocerme en tensión, a tres meses de un procedimiento quirúrgico, nos invita a tomar conciencia en el presente de algún tipo de desequilibrio ante la situación futura: quizá ansiedad o miedo. O hacia el pasado: al haber sufrido complicaciones en una intervención anterior, propia o de alguien querido.
Tomar conciencia y actitud hacia nuestro sentir y pensar.
En muchas ocasiones, actuamos en piloto automático sin darnos cuenta de cómo nos afectan las cosas. La Terapia Gestalt nos ayuda a desarrollar la autoconciencia para reconocer nuestras emociones, necesidades y comportamientos con más claridad, facilitando nuestra propia autorregulación. La actitud gestáltica nos enseña a prestar atención a lo que pasa dentro de nosotros. Cada emoción tiene algo que contarnos.
Responsabilidad personal y poder de elección.
No se trata de culparnos, sino de asumir nuestro propio camino. A través del enfoque gestáltico aprendemos que, aunque no siempre podemos cambiar lo que nos pasa, sí podemos atender cómo responder a ello. No podemos evitar que nos pasen “cosas” en el devenir de la vida. Sin embargo, sí podemos escucharnos, entendernos y ver las alternativas más sanas a nuestro alcance.
El ser humano como una totalidad.
A veces, nos negamos ciertas emociones: “No debería sentirme triste” o “Tengo que ser fuerte”. A pesar de la incomodidad de algunas emociones, nos están dando información de nosotros mismos. En Gestalt aprendemos que todas nuestras emociones tienen su lugar y su razón de ser. No hay emociones buenas o malas, solo emociones que necesitan espacio y acogida.
El enfoque gestáltico nos facilita la integración de nuestra experiencia, fomentando la espontaneidad y la honestidad emocional. Sin olvidarnos del contacto con los demás. La forma de relacionarnos con los demás dice mucho de nosotros mismos. La Terapia Gestalt nos ayuda a explorar nuestra manera de vincularnos con nuestros iguales y así mejorar nuestras relaciones.
La TCC es uno de los enfoques terapéuticos con mayor respaldo científico y se ha demostrado efectiva en ansiedad, depresión, fobias, trastorno obsesivo compulsivo, adicciones por nombrar algunos.
Recuerda: Un viaje de autodescubrimiento
La Terapia Gestalt no busca dar ni respuestas, ni soluciones rápidas. Es más bien un camino de exploración, un espacio para escucharte, aceptarte y encontrar tu propia forma de estar en el mundo. Un camino para vivir con más presencia, autenticidad y responsabilidad. Nos invita a abrazar lo que somos, a sentir con menor juicio y a encontrar nuestra propia manera de estar en el mundo con respeto hacia nosotros mismos y hacia el mundo que nos rodea.
TERAPIA COGNITIVO CONDUCTUAL (TCC)
La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) es como un mapa que nos ayuda a entender cómo pensamos, cómo nos sentimos y cómo actuamos, para que podamos encontrar caminos más amables y saludables en nuestra vida.
¿Cuál es la base de esta terapia?
Tus pensamientos influyen en cómo sientes y actúas.
Imagina que te equivocas en algo y tu mente te dice: «No vales nada». Esto puede generar sentimientos de tristeza y sufrimiento. Pero, si en lugar de eso pudieras pensar: «Todos cometemos errores y puedo aprender de esto», es posible que la actitud hacia ti mismo sea diferente, más amable y con mayor probabilidad de darte una nueva oportunidad.
Aprender a detectar pensamientos que no te ayudan.
A veces, sin darnos cuenta, creemos y creamos cosas que nos hacen daño. Pensamos que «nadie nos quiere», que «todo va a salir mal» o que «no somos suficientes». La TCC nos enseña a darnos cuenta de estos pensamientos y a transformarlos en otros más realistas.
Tú eres lo más importante en tu proceso.
La TCC no es solo hablar; es aprender herramientas prácticas, estrategias y habilidades para manejar tus pensamientos y emociones en el día a día. Descubrirás formas de desafiar esos pensamientos difíciles y probar nuevas formas de actuar que te hagan sentir más libre.
Pequeños pasos, grandes cambios.
El cambio no ocurre de la noche a la mañana, pero cada pequeño paso cuenta. Con paciencia y práctica, puedes aprender a ser más amable contigo mismo/a, a confiar en ti y a encontrar más tranquilidad en tu vida.
El objetivo no es solo resolver problemas actuales, sino aprender e integrar herramientas para gestionar sus emociones y pensamientos a largo plazo
Evidencia científica.
La TCC es uno de los enfoques terapéuticos con mayor respaldo científico y se ha demostrado efectiva en el tratamiento de la ansiedad, depresión, fobias, trastorno obsesivo compulsivo o adicciones, por nombrar algunos.
Recuerda
No estás solo/a en esto. Pedir ayuda es un acto de valentía y humildad. Un paso necesario en el reconocimiento de un malestar que no consigues superar.